domingo, 27 de noviembre de 2011

La Paciencia . Francisco Niebla.

La paciencia es un árbol de raíz amarga, pero de frutos muy dulces. Yo, y no me acuerdo quién.‏
Padres que no le tienen miedo a la muerte hacen hijos que no le tienen miedo a la vida
La negación de la edad es una tontería.
Yo tenía miedo a esta etapa que empieza después de los sesenta años.
Ahora, que más o menos estoy instalado en ella (tengo setenta y tres años), me doy cuenta que se me ha simplificado la vida, y la mayor parte de las cosas
que antes me preocupaban, ahora creo que son boludeces, pero quedó lo esencial:
el amor, los hijos, la justicia social, la solidaridad (y también el dulce de leche y la crema chantilly…)
Esta edad no está tan mal, el tema de la muerte siempre angustia,
pero yo creía que iba a ser peor. Es una tontería hacerse el pendejo, fíjense si tuviera
que ir al gimnasio, sería todo un laburo y no podría gozar de esto de hacerme el filósofo.
Cuando cumplí sesenta años hice una fiesta en la Escuela.
Y dije: tengo dos caminos, o me convierto en un viejo sabio, o en un viejo pelotudo.
Lo último me pareció aburrido. Cuando no asumís la edad, no gozás ni la una ni la otra.
El temor a la vejez hace que la ocultemos, que sea considerada como algo indigno,
a ocultar en un geriátrico porque ya no servimos más.
En el Amazonas no hay jubilación de viejos.
Yo fui hace muchos años, de aventurero, con mochila bolsa de dormir y ahí estaban
los viejitos de la tribu mirando el río Xingú que desemboca en el Amazonas.
Y pensé: "Ahí está la biblioteca nacional"...
Tenían una dignidad como los que vi en la India.
Allí, en el proceso de vida, se respetan todas las etapas.
En la cultura norteamericana todos tienen que ser jóvenes y lindos.
Hay una etapa de la vida en que uno es niño, otra en que es joven,
otra donde es adulto y otra donde es viejo.
Nosotros atravesamos las cuatro etapas de la vida, si negamos una, vamos a tener problemas.
Si se nos niega la infancia vamos a perder la creatividad,
si se nos reprimió la adolescencia, vamos a perder la rebeldía.
En las sociedades más sanas,la 'vejez' es una época muy rica,
Porque es la de la reflexión, que es parecida al juego y la creatividad,
pero ya después de haber visto la película entera y haberla entendido.
La última etapa es lo que se llama la senectud, que a veces tiene un deterioro grave,
neuronal, de las funciones mentales. De todas maneras, el final del proceso de la vida,
que es la muerte, es un tema negado en nuestra cultura.
El final, la agonía, a veces tiene características traumáticas, como algunos partos, al inicio.
Los humanos somos todos de la tribu de los "Uterumbas", porque vamos del útero a la tumba.
Se puede estar en cualquier edad, incluso setenta, ochenta años
y el que tiene un proyecto se aleja de la muerte. Eso lo vi en Pichón anciano, él decía:
“la muerte está tan lejos como grande sea la esperanza que construimos”,
el tema es la construcción de la esperanza.
¿Cómo la podes construir?, si esa historia tiene sentido y se arroja adelante como esperanza.
Alfredo Moffat - Psicólogo - “Terapia de Crisis. La emergencia psicológica” Alfredo Moffat Psicólogo social, psicodramatista y arquitecto argentino.
Terapista de crisis. Nació en 1934 y es considerado uno de los discípulos predilectos de
Enrique Pichón Riviere. Participó en la fundación de la Escuela de Psicología Argentina.
" La muerte está tan lejos, como grande sea la esperanza que construimos”,
el tema es la construcción de la esperanza.
f i n

miércoles, 23 de noviembre de 2011

fotos del icap

FOTOS DE LAS PRACTICAS DE CAMPO


PRACTICAS DE CAMPO EN LA SIERRA DE PUEBLA.






Alumnos del Instituto de Capacitación Política (ICAP), en el camino hacia San Pablo Zapotitlán en la jurisdicción de Tehuacan Puebla, para observar las elecciones locales en el año de 1973.




El ascenso fue caminando por doce horas continuas ya que por la lluvias no circulaban vehículos.




En el grupo se encuentrann entre otros Ildefonso Sánchez Partida, Carlos Loaiza, Francisco Medina Benítez y Severo Gómez Beltran.



EN LA FUENTE DEL INSTITUTO DE CAPACITACION POLITICA


En los patios del ICAP, grupo de alumnos reunidos en la fuente que se ubicaba al fondo del patio y cerca de la cafeteria se aprecian en la foto Silvio Ojeda Zetina, Rosario Hernández Barrón, Adrián Víctor Hugo Islas Hernández, Antonio Hinojosa Cabrera y Severo Gómez Beltran, son lo que recuerdo.









VISITA A LA CIUDAD DE QUERÉTARO EN PRÁCTICAS DE CAMPO


Como parte de la capacitación política los alumnos del ICAP, realizaron prácticas de campo por medio de visitas a los estados y municipios de importancia relevante en sus administraciones de gobierno y de interes social económico.

Como fue la ciudad de Queretaro, capital del estado del mismo nombre, en esta ocasión fueron recibidos por el presidente municipal durante el recorrido por las oficinas para conocer su funciionamiento y organización administrativa.


































presagio de Mario Quiroz

Presagio: Las palabras de Don Jesús
Mario Quiroz Gatica
Para: el Licenciado Enrique Burgos García, por su dolorosa pérdida familiar.
Las siguientes palabras fueron pronunciadas por el licenciado Jesús Reyes Heroles, presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, el 27 de septiembre de 1972, al inaugurar el curso anual 1972-1973, del glorioso Instituto de Capacitación Política, ICAP. Por considerarlas de alguna utilidad para los políticos jóvenes de todos los partidos y los sin partido, las reproduzco.
“A la pasada promoción le señalé que cada uno de sus integrantes recibiría un diploma y no un título ni un grado: Una simple constancia de haber recibido cursos y conferencias impartidas por militantes del Partido. Manifesté en ese entonces que para ejercer con vocación y acertadamente la actividad política se requieren las tres ces: Corazón, cabeza y carácter. Corazón para sentir los problemas colectivos como si fueran propios, para convertirlos en metas vitales; cabeza para, con frialdad y serenidad, eludir obstáculos y vencer resistencias, calcular riesgos, sobre todo los riesgos de la colectividad en la que se influye, y carácter para no intimidarse ante las incomprensiones, los ataques y las maniobras, para no asustarse ante los problemas y, menos, ante las soluciones exigidas por los propios problemas.
Ciertamente que éstos son requisitos para poder entrar de lleno en la actividad política. Y no descartamos que todos ustedes tengan ambición de actuar políticamente. Un año han asistido a cursos, que, más que nada, tratan de familiarizarlos con la estructura de México, con sus textos jurídicos fundamentales, su historia, su organización y sentido, con las corrientes ideológicas, los partidos políticos y los grupos de presión, y sobre todo, con lo que es y aspira a ser nuestro Partido. Se les han impartido enseñanzas sobre las relaciones entre la política interna y la política internacional y en trabajos de campo han podido corroborar o aplicar técnicas elementales del desarrollo de la comunidad, con vistas a lograr su autodesarrollo.
Con ello se han tratado de formar políticos; mucho menos de formar técnicos. Hay quienes tratan de erigir a la técnica en criterio fundamental de gobierno; son aquellos que se lamentan de que para gobernar se tenga que hacer política. Los técnicos son indispensables para la administración pública, pero las decisiones fundamentales son políticas y los elemento de juicio están, en buena medida, determinados por factores de orden político, dado que visualizar la coyuntura para implantar o no implantar alguna medida supone esencialmente una evaluación y apreciación política.
Sin política se pueden hacer muchas cosas, pero gobernar, en el poder o en la oposición, es imposible. Para gobernar se tiene que recurrir, sin tapujos a la política.
Hacer política es seguir principios que en lo esencial se consideran permanentes; ampliarlos a la luz de su aplicación y modificar con ellos la realidad que se vive; infundir emoción a quienes creen en esos principios; atraer a los que dudan sobre ellos o los rechazan; poner el ejemplo para contagiar e inducir a la emulación.
Hay muchos que encorsetados por la teoría, saben todo lo que se debe hacer, pero no saben nada de cómo hacerlo. Son a veces, aniquilados por la técnica; en ocasiones se quedan en la nebulosa teoría.
No sabemos qué le depare el destino a esta promoción del Instituto de Capacitación Política. Se ha dicho que inicialmente en la carrera política se pasa por un túnel, se está en las tinieblas y se requiere de mucha audacia y decisión, de mucho corazón, cabeza y carácter para avanzar sin ver la meta a donde se quiere arribar. Es posible que ustedes se inicien en el túnel de la política, en esas primeras actividades casi subterráneas, casi ocultas en que sólo se tiene un goce: el goce interno de saber que se está trabajando en lo que uno quiere, el goce de saber que fracasos o triunfos constituyen parte del indispensable aprendizaje. Estas tareas calladas de toda iniciación, de todo noviciado, son de las que más forman cuando coinciden los años de gestión con los años de preparación, cuando la acción enriquece el estudio y el estudio enriquece la acción, cuando se pretende conocer para transformar y transformar para conocer.
Si algún derecho pueden tener en las primeras actividades, es el derecho a equivocarse, sobre la base de no incurrir irresponsablemente, que la equivocación sea a pesar del estudio, del consejo y del objetivo claro, de la evaluación de realidades y la resolución serena. Equivocarse por improvisación es producir males quizás irreparables para ustedes y, lo que es más lamentable, para quienes pueden depender de su actuar.
Sinceramente deseo que en la administración municipal o de las pequeñas comunidades o en la política frontal y abierta empiecen a caminar en el túnel. Si poseen la paciencia, la constancia y quizás la resistencia para caminar en la limpia oscuridad, llegarán al momento en que la luz los rodee y entonces el peligro no será la ceguera que engendra la oscuridad, sino la ceguera que en algunos produce el exceso de luz. Pero ni la oscuridad ni la luz les harán daño, si han aprendido a servir a la política y no a servirse de ella.
Algunos, de buena fe, les dirán: Un año de estudios y nos tratan como si ya fueran profesores; otros: Doce meses de estudio y ni siquiera resultan medianos profesores. Que no los intimiden las críticas y reproches sobre su propia formación y actuación. Si críticas y reproches son de buena fe, aprovéchenlos.
Se pueden equivocar, pero nadie puede equivocarse a título de obrar o pensar por ustedes. Si los reproches o ataques provienen de adversarios reales o potenciales, que lo sean o que se crean, no se preocupen. Para los partidos, al igual que para los políticos o aspirantes a políticos, no hay peor adversario que el no tenerlo, no hay mayor adversario que el carecer de él.
Aprendan de amigos y de adversarios. Sólo inmersos en la realidad de nuestro país podrán formarse. Tienen algunas premisas y una ligera introducción: el contacto con el pueblo, el contacto con las masas, les podrán enseñar casi todo, podrá redondear su formación y podrá si la vocación es auténtica y la voluntad inquebrantable, convertirlos en verdaderos políticos, de los que México está necesitado.